Al llegar a los 40, las mujeres aumentamos de peso casi inevitablemente, en especial en la zona de la cintura, esto se debe a los cambios que sufre nuestro organismo durante esta etapa.
Por este motivo, la nutrición debe tener como objetivo el mantenimiento de la salud y la prevención de la aparición de enfermedades. Una alimentación variada y sana, equilibrada de acuerdo a la edad, sexo y actividad física de cada persona. La dieta saludable se debe combinar con la práctica regular de ejercicio físico y la reducción del consumo de sustancias tóxicas como el tabaco y el alcohol.
A partir de los 40 años disminuyen las necesidades de energía en un 5% por cada década debido a la reducción del metabolismo basal, por tanto el requerimiento de aporte calórico disminuye, lo que provoca un aumento de peso que debe combatirse de inmediato para evitar la obesidad.
La disminución del metabolismo conlleva una pérdida de masa muscular que comienza alrededor de los 20 años, dicha pérdida se traduce en una menor necesidad de ingerir calorías. De este modo, las calorías sobrantes son almacenadas por el cuerpo en forma de grasa. La falta de ejercicio aumenta la acumulación de grasas.
Cerca de los 50 años, la pérdida de masa muscular es importante y los requerimientos también bajan, por lo que el mantenimiento de la ingesta de calorías significa un aumento de peso importante.
Para preservar la eficiencia del metabolismo debemos reconstruir la masa muscular. Esto se logra mediante un plan de ejercicio físico, a mayor masa muscular, más grasa quemará el cuerpo, lo que se traduce en un mayor requerimiento calórico sin aumento de peso.
Es recomendable la práctica regular de ejercicios aeróbicos como la caminata, el trote, la bicicleta, que contribuyen a la quema de calorías y a la formación de tejido muscular, para mantener el peso y activar el metabolismo.
Consejos para bajar de peso después de los 40:
Emprender una dieta balanceada es la primera medida para controlar el peso después de los 40. Reducir el aporte calórico a unas 1.600 calorías diarias para compensar las deficiencias metabólicas.
Para aumentar la quema de calorías es necesario disminuir o eliminar los alimentos procesados ricos en grasa y azúcar. Alimentarse en porciones más pequeñas, agregar a la dieta muchas frutas, verduras, carnes magras, legumbres y pescados, lo que aportará energía manteniendo el peso.
A esta edad el organismo comienza a disminuir la producción de ciertas sustancias necesarias, por lo que se aconseja la toma diaria de un complemento vitamínico.
Practicar diariamente al menos 30 minutos de ejercicios aeróbicos para tonificar la masa muscular.
Además de las medidas anteriores, es conveniente dejar de prestar tanta atención a la balanza y concentrarse en las medidas de cintura y de cadera, que son las determinantes. El aumento de musculatura no disminuirá el peso, ya que los músculos pesan más que la grasa, pero disminuirá la silueta y la tonificará.
Si los cambios de hábitos alimentarios y el ejercicio no surten efecto, puede ser que exista algún problema glandular, es conveniente consultar con el médico y que chequee el funcionamiento de las glándulas tiroideas.
Pautas alimentarias después de los 40:
La dieta después de los 40 debe tener ciertas restricciones.
• Hidratos de carbono complejos: (legumbres, cereales, patatas) los alimentos ricos en estos nutrientes son la base de la alimentación, pero en cantidades adecuadas a las necesidades personales.
• Reducir el consumo de alimentos muy dulces debido a su aporte en azúcares y calorías, que son perjudiciales en caso de diabetes u obesidad.
• Reducir las grasas de origen animal porque elevan el colesterol en sangre, aumentando el riesgo de la aparición de arteriosclerosis. El aumento en el consumo de pescado y aceite de oliva (alimentos ricos en ácidos grasos insaturados) reduce los triglicéridos y el colesterol sanguíneo.
• No abusar de la sal de mesa u otros alimentos ricos en sodio (embutidos, conservas, snacks, etc).
• Beber suficiente agua para mantener el cuerpo hidratado y favorecer la función real (recomendado 1,5 litros diarios).