En cada familia llega ese momento en el que nos cuestionamos si en realidad estamos ofreciendo toda la atención necesaria a nuestros familiares de avanzada edad. En este punto, uno comienza a considerar una residencia de ancianos como benviure.com y lo ve como una alternativa o una solución al problema. No es una decisión sencilla y, de vez en cuando, ésta puede generar controversia o rechazo, sin embargo, usualmente es la más acertada.
Después de que lo discutas con tu familia y todos decidan optar por una residencia de ancianos, lo siguiente por hacer es asegurarse de que están escogiendo un sitio digno de su confianza, es decir, un lugar en donde tus seres queridos estén cómodos y que su bienestar nunca peligre. Para ayudarte con la búsqueda, te enseñamos cómo elegir una residencia de ancianos.
Factores a considerar al momento de elegir centro geriátrico
Lo primero a tomar en cuenta es la infraestructura de la residencia de ancianos. Si el familiar está en silla de ruedas, utiliza un bastón o sufre de movilidad reducida, es vital que el centro esté adaptado para acoger todo tipo de pacientes. En otras palabras, lo primero que deben tener en cuenta es la accesibilidad del sitio, lo cual representará una comodidad o una desventaja, dependiendo de qué tan preparada pueda estar la residencia de ancianos.
Aunque una residencia de ancianos debe estar diseñada para atender las necesidades de los pacientes y prevenir posibles accidentes, también es importante que el sitio sea un ambiente agradable. Por ello, es importante chequear si la residencia cuenta con bancos, zonas verdes y espacios al aire libre. La idea es que nuestros familiares estén cómodos y no se sientan desmotivados, ayudándoles a crear nuevas relaciones con otros residentes.
Otro factor de vital importancia para elegir una residencia de ancianos es que, en ésta, el personal respete la autonomía de cada persona. Lo más recomendable es que para ello, el sitio cuente con terapeutas y especialistas que fomenten proyectos y procesos para brindar una excelente atención, tanto de manera grupal como individual.
Por último, pero no menos importante, una residencia de ancianos debe promover el desarrollo emocional y las actividades sociales. Esto es con el fin de prevenir signos de depresión o casos de aislamiento, lo cual mejorará la calidad de vida de las personas de la residencia. Como con la edad se pierden ciertas capacidades (visuales, auditivas, sensoriales, entre otras), es esencial fijarse qué tipo de actividades ofrecen y si éstas se adaptan a las necesidades de cada persona. En pocas palabras, hay que chequear con detenimiento las propuestas que ofrece la residencia de ancianos para estimular el crecimiento personal de cada individuo.