Hay que dejar de lado el mito de que para perder unos kilos debemos pasar hambre porque no es así. Basta con seguir unos sencillos trucos para que la dieta no se convierta en una pesadilla. Podemos empezar por llevar una dieta sana y equilibrada. Además es muy importante hacer 5 comidas al día sin dejar pasar ninguna de ellas, además de beber abundante agua, que es esencial para la eliminación de líquidos del cuerpo.
Otro truco es comer lentamente, masticando cada comida muy bien y de forma relajada. De esta forma saciaremos más el hambre y la ansiedad que puede producir el hecho de estar a dieta. Y no debemos olvidar que aunque estemos a dieta, podemos darnos un homenaje de vez en cuando y comer aquellos alimentos que tenemos “prohibidos” para saciar el deseo. Pero antes de comenzar con incómodas dietas y largas sesiones de ejercicio físico, debemos tener muy claro que la alimentación es uno de los puntos más importantes para llegar a lograr nuestros objetivos.
Por ello es importantes que antes y después del ejercicio nos alimentemos de manera correcta. Si el momento elegido para practicar ejercicio es durante la mañana justo después de levantarnos, lo más correcto es que nos levantemos con bastante tiempo y hagamos un desayuno completo para que nos ayude a aguantar nuestra sesión de ejercicio. Para las personas que no tengan tiempo de desayunar, pueden tomar un zumo de frutas y un plátano. Si realizamos el ejercicio a otras horas del día, también podemos comer un sándwich y podemos combinarlo con alguna pieza de fruta y alguna bebida energética, siempre con un intervalo de unas 3 horas antes de salir.
Después de terminar de realizar el ejercicio es esencial reponer los líquidos y las energías que hemos perdido durante la práctica de nuestro deporte. Es muy importante beber agua o algún tipo de bebida energética así como reponer algunos hidratos de carbono para evitar posibles desmayos.