Muchos especialistas atribuyen la obesidad a una liberación excesiva de insulina, la cual es desencadenada por los hidratos de carbono o carbohidratos, como los pasteles, helados y la miel. Para estos científicos, el azúcar representa un peligro de sobrepeso, por eso, muchas dietas apuntan a disminuir el nivel de insulina en sangre mediante la estimulación de la circulación del glucagón, hormona encargada de quemar las grasas acumuladas, cuando los niveles de glucosa son bajos.
La dieta hiperproteica se basa en el principio de que la obesidad es consecuencia de una alimentación equivocada. El Dr. Atkins ensayó la supresión de azúcares, carbohidratos y harinas en su dieta, pero se mantuvo consumiendo la cantidad deseada de carnes rojas, aves y pescados, huevos, queso, tocino, jamones, mantequilla, mayonesa, etc. y logró la reducción del peso. Compartió su experiencia con otros, y la dieta se fue popularizando.
Estas experiencias dieron lugar a las dietas: de las proteínas, antiazúcar, para adictos a los carbohidratos y la dieta de la zona. Todas ellas buscan disminuir el exceso de insulina en sangre.
La insulina es una hormona liberada por el páncreas, que permite el ingreso de glucosa, micronutrientes y grasas a las células para la generación de energía.
La liberación de insulina comienza ocho minutos luego de la ingestión del primer bocado de comida, pero la cantidad de la misma que se libera, depende del tipo de alimento que se consuma. Los alimentos ricos en carbohidratos refinados y azúcares (pastas, pan blanco, patatas, etc), elevan los niveles de insulina en sangre, ya que la cantidad de insulina que se libera ante el consumo de azúcar es muy superior a la que se libera luego de consumir carne u otras proteínas.
Todas las formas de azúcar, las harinas refinadas, el chocolate y todo alimento dulce, se transforman en glucosa, la que estimula la liberación de insulina. Una parte de la glucosa producida se utiliza para producir energía y la glucosa restante se transforma en grasa, más precisamente en triglicéridos, los que van formando cúmulos de grasa.
La insulina es el único recurso que el organismo tiene para impedir que el nivel de azúcar en la sangre se eleve, impidiendo de esta forma, un coma diabético.
Se denomina hiperglicemia a los niveles elevados de glucosa en la sangre, y ésta puede ser mortal. Y se llama hiperinsulinemia a los niveles elevados de insulina en la sangre, la que conduce a cambios metabólicos entre otros trastornos.
El principio de la dieta Atkins supone que si no se consumen alimentos que se transformen en glucosa, la insulina no se eleva en exceso y esto evita la acumulación de grasas, en oposición, se atacan las acumulaciones de grasa para producir la energía para los procesos vitales.
La dieta hiperproteica:
Esta dieta de las proteínas permite comer toda clase de carnes, grasas de origen animal y quesos, en raciones generosas, pero se prohíben los hidratos de carbono en su mayoría (dulces, harinas y frutas).
Se trata de una dieta desequilibrada nutricionalmente, que puede originar descompensaciones en el organismo. Esta dieta está contraindicada para personas con problemas renales, cardiovasculares y colesterol elevado. Antes de someterse a esta dieta, es necesaria la consulta con el médico.
Es una dieta centrada en el consumo de proteínas de origen animal, que disminuye al máximo el consumo de carbohidratos. Esta dieta no es transitoria, sino que es una dieta de por vida, que pretende estabilizar el metabolismo y la pérdida de peso, pero insume cambios radicales en la alimentación.
Entre los peligros de esta dieta están la alteración de los iones sodio-potasio, lo que puede tener consecuencias negativas en los enfermos renales, debido a que el exceso de proteínas requiere un mayor trabajo de los riñones.