Nuestra piel es la cubierta de nuestro cuerpo y por tanto debe protegernos de toda agresión, pero debemos cuidarla para que cumpla correctamente con su función. Para lucir una piel perfecta, es muy importante que te alimentes correctamente, de modo que tu piel tenga todos los nutrientes que necesita para mantenerse flexible y saludable.
Cuando vemos a una famosa pensamos que su piel lozana se debe a los tratamientos costosos, pero ellas saben que lo principal es una buena alimentación.
Tu alimentación debe contener la cantidad necesaria de vitaminas y nutrientes, para regenerarse correctamente. Cada 28 días, las células epidérmicas se desprenden para dejar lugar a nuevas células, para lo cual necesita nutrientes, pues su deficiencia provocaría alteraciones de apariencia y crecimiento.
La dieta debe incluir: pescados, carnes, lácteos, huevos, cereales, frutos secos y legumbres, para que la piel presente un aspecto saludable.
Un detalle que no solemos tener en cuenta, es que la alimentación debe ajustarse también al tipo de piel que tenemos, ya que ésta puede influir negativamente. Las personas de piel grasa, deben evitar las comidas con elevado contenido graso. Están prohibidos: fritos, manteca, mayonesa, leche entera.
Las personas con piel seca deben lograr una hidratación a través de la alimentación, para ello deben ingerir verduras y frutas crudas. El agua es otro nutriente indispensable para eliminar toxinas. Para los casos extremos en que la piel se corta o descama, es necesario aportar vitamina C (todos los cítricos) y antioxidantes como el selenio (presente en mariscos, pescado, huevos, cereales, ajíes verdes, frutillas, tomates, moras y melón).
La piel también se ve afectada por la carencia de hierro, que le da un aspecto pálido y enfermo. Esto es ocasionado por la disminución en la hemoglobina (que transporta el oxígeno). Los alimentos ricos en vitaminas del complejo B aportan el hierro al organismo: legumbres, verduras de hoja, cereales, frutos secos, levadura de cerveza.
En el combate contra las arrugas, a los diversos tratamientos se suman hortalizas y frutas de color naranja o amarillo (zanahoria, calabaza, mandarina), además de verduras de hoja verde (acelga, perejil, espinaca y berro), que son ricas en vitamina A, imprescindible para frenar el avance de los radicales libres que ocasionan el envejecimiento de la piel.
Otro agente especializado en el combate de los radicales libres es la vitamina E, aumentando la microcirculación sanguínea y mejorando su elasticidad. Entre los alimentos ricos en vitamina E están: los aceites de oliva virgen y de soja, el germen de trigo y los frutos secos.