El sistema circulatorio es el encargado de bombear la sangre y con ella, transportar el oxígeno y los nutrientes a todas las células de nuestro cuerpo. Cuando dicha circulación se ve dificultada por algún motivo, aparecen los trastornos circulatorios que se manifiestan con síntomas como tobillos inflamados, calambres nocturnos, várices, hasta los casos más graves con arterioesclerosis.
Para prevenir estos problemas, es necesario practicar hábitos de vida saludables, hacer ejercicio y tener una dieta equilibrada. Los alimentos con elevado contenido de grasas y sodio, favorecen el aumento del colesterol LDL o malo. En cambio, una dieta rica en fibra y líquidos, ejercerá un efecto saludable en la circulación sanguínea.
Mejora tu circulación con una dieta rica en pescado azul
El pescado azul es rico en ácidos grasos poliinsaturados, que ejercen una acción inhibidora sobre el colesterol y sobre los ácidos grasos (triglicéridos), que podrían obstruir la circulación sanguínea.
Sustituir las carnes rojas por sardinas, atún, caballa, salmón, boquerón, jurel, etc., aporta Omega3 a tu organismo, el cual evita la acumulación de grasa en la sangre.
Mejora tu circulación con una dieta rica en vegetales o sus derivados
Los vegetales en general, resultan imprescindibles para mantener una dieta equilibrada. Dentro de ellos, existen algunos grupos que poseen propiedades benéficas para la circulación sanguínea.
Los aceites provenientes de semillas como maíz, girasol o soja, poseen propiedades que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol en sangre. De igual forma, los frutos secos (nueces, almendras y castañas) favorecen la circulación de la sangre. Una buena manera de mantenerse en forma es incluir en tu dieta platos como ensaladas de vegetales frescos, aliñadas con los distintos aceites (oliva, girasol, maíz, soja). Sustituir los tentempiés de media mañana por un puñado de frutos secos, es una excelente forma de eliminar grasas y añadir nutrientes a tu dieta.
Las frutas, legumbres y hortalizas, aportan vitaminas y minerales, a la vez que tienen un bajísimo contenido de grasas en su composición. Las frutas aportan antioxidantes que retardan el envejecimiento de los tejidos. Su consumo habitual se refleja en el aspecto de la piel y mantiene la flexibilidad de las paredes arteriales y venas. Las frutas rojas como fresas, moras y arándanos, mejoran la circulación. Para evitar la retención de líquidos que produce la inflamación en las piernas, así como los calambres, el plátano y la piña aportan su elevado contenido de potasio.
Para mantener el sistema circulatorio en buen estado y eliminar toxinas, la fibra es necesaria. Podemos incluir legumbres, verduras y cereales integrales para brindar ese aporte necesario de fibra a nuestro organismo.
Evita la retención de líquidos con agua, zumos e infusiones
Los líquidos, fundamentalmente el agua, son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Bebe dos litros de agua al día para mantener tu cuerpo hidratado. También puedes beber zumos de frutas e infusiones que te ayudarán a depurar el organismo y prevenir los problemas circulatorios.
Entre las infusiones beneficiosas para la circulación sanguínea tienes las de romero, ginko biloba, que además ayuda a eliminar líquidos; y las de raíz de jengibre que ayudan a aliviar los calambres.
Es importante ser cuidadosos con el exceso de sal para evitar la retención de líquidos y el endurecimiento de las arterias. También deben evitarse las grasas saturadas (lácteos enteros, manteca, crema de leche, etc.), los alimentos ricos en sal (embutidos, patatas fritas, conservas saladas), el café, alcohol y comidas picantes, que perjudican la circulación sanguínea.