Desde que saliera a la luz su existencia, muchos hombres sienten la necesidad de buscar el punto G de las mujeres como si fuera un tesoro valioso, y es que se debe a que es el máximo éxtasis en los orgasmos y quieren conseguirlo a toda costa para sus parejas.
Muchos de ellos se han quedado a mitad de camino, otros ni se han acercado, lo que sí está creando es disparidad en cuanto al punto G de las mujeres, si es verdad que existe o que no se encuentra donde siempre se ha dicho.
Experimentos científicos hablan sobre el punto G de las mujeres
Un experimento de una doctora en sexología sugiere que se introduzcan dos dedos en la vagina, tocando la pared anterior, es decir, dentro de la vagina, la más pegada al pubis, para encontrar el punto G de las mujeres hay que notar que la pared se convierte en un poco más rugosa de lo normal y para estimularlo hay que ir haciendo círculos en sentido horario, es decir, como marcan las agujas del reloj. Según la doctora, si se estimula de esta forma se llega al orgasmo.
Resultados: no todas dijeron experimentar el placer supremo del que hablan, por lo que se cuestiona si es todo más subjetivo y depende del cerebro de la mujer o si depende de la constitución de cada una.
Los psicólogos ven que el punto G de las mujeres se ha convertido en un tema comercial más que puramente sano, por lo que ha llevado a la frustración tanto de hombres por no conseguir que sus parejas disfruten como de las mismas mujeres que intentan estimulárselo o que lo hagan sus parejas sin conseguir nada más.
El primer descubridor en notar que había algo en la pared de la vagina que difería del resto en la mujer era el doctor Gräfenberg, por lo que la letra g se obtiene de su apellido, aunque él no lo puso, sino que años más tardes, unos científicos siguieron la investigación y encontraron un estímulo en el que la mujer sentía un orgasmo si se estimulaba, de ahí que pusieran la letra en honor a su nombre.
Más tarde, la controversia en diferentes estudios y científicos llegaron a desmentir que existiera tal punto, ya que no todas las mujeres admitían sentirlo o encontrarlo. Otros dijeron que era algo embriológico de la estructura de aquellas mujeres que podrían haber sido un feto varón y que esa era la próstata hasta que los cromosomas unidos fueron los femeninos desarrollando en su nacimiento a una mujer.
El doctor Ruiz, especialista de la estructura humana explica que “Cuando somos nada más que un embrión, hay una fase en la cual poseemos las mismas estructuras que van a desarrollar para formar genitales masculinos o femeninos de acuerdo con la genética, de si los cromosomas son XX o XY. Entonces dicha estructura que debería convertirse en un pene en un embrión XY, es el mismo que se destina a convertirse en el clítoris en el embrión XX”.
De tal forma que esa próstata que se iba a desarrollar con el pene, al irse transformando en un embrión femenino, la próstata involuciona y se deshace en glándulas periuretrales, que da lugar a que, si se estimula, al igual que les pasa a los hombres, sienten un orgasmo. Pero como hemos dicho, esto no pasa con todas ya que esa involución no se produce siempre, por lo que no se produce ese tejido rugoso que provoque el orgasmo.
Llegados a saber esto, ahora nos queda por saber, qué cantidad de mujeres tienen esta estructura en nuestra sociedad. Los estudios indican que solo un 20% de mujeres podrían contener dicha estructura.
Por lo tanto, está comprobado que sí existe el punto G de las mujeres, pero que no todas lo tienen porque no se han formado así desde el embrión. Para saber si el punto G de las mujeres está desarrollado o no, lo mejor es buscar y estimular esta zona hasta que se produzca alguna reacción, pero no te preocupes si no llegas al orgasmo o tu pareja no lo consigue, para eso tenemos el clítoris, que, si se sabe estimular correctamente, seguramente alcanzaremos un orgasmo muy placentero.
Posturas para estimular el punto G de las mujeres
Aunque hoy en día existen muchos aparatos para estimularnos el punto G y el clítoris a la vez, a nosotras nos gusta que nuestra pareja también disfrute a la vez que nos da placer. Así que te vamos a enseñar las mejores posturas del Kamasutra para que este éxtasis se potencie.
- La Amazonas, es la postura que más estimula el punto G de las mujeres. Es sencillo, el hombre se coloca hacia arriba con el pene en perpendicular mientras la mujer se sienta encima con las piernas apoyadas en la cama. Si lo haces con las dos piernas separadas facilitarás la penetración, pero si lo haces con las piernas en el mismo lado, entonces te dará placer en los labios vaginales. Si el hombre tiene maña, puede estimular el clítoris con los dedos, y si no ¡para eso somos amazonas! lo hacemos nosotras mismas.
- El misionero es la postura clásica para estimular el punto G de las mujeres, pero si esto te resulta demasiado aburrido, entonces prueba a añadir variables. Eleva las piernas, coloca tus pies en los hombros de él con las rodillas flexionadas. Si tienes un cojín o una almohada mejor, puedes colocártela debajo de la cintura y así elevar la pelvis. El movimiento del pene y esta postura hará que se roce el punto G y se llegue al orgasmo. La penetración no puede ser muy profunda, ya que la zona a estimular está a escasos centímetros de la entrada de la vagina. Tranquila si sientes las ganas de orinar, es normal.
- El perrito es también la mejor forma de alcanzar el orgasmo para las mujeres, además de ser cómodo para ellos. El hombre arrodillado detrás de la mujer mientras ellas están a cuatro patas.
- La cucharita, es una postura muy romántica, ya que ambos están abrazados, el hombre detrás de ella recostado introduce el pene. El truco es colocar las piernas hacia atrás y pegar la espalda lo máximo posible al hombre.