El ácido fítico está presente en los vegetales y es un ácido orgánico que contiene fósforo.
Este ácido interfiere con la absorción de minerales (calcio, hierro, etc), pero también con la absorción de metales pesados como el cadmio. Además no puede ser digerido por el organismo humano. A pesar de sus aspectos negativos, tiene propiedades antioxidantes.
El ácido fítico en los alimentos
El ácido fítico está presente en ciertos alimentos como los cereales, legumbres, frutos secos y semillas.
Su presencia en el organismo previene la aparición de cardiopatías, formación de cálculos renales, diabetes, en ciertos tipos de cáncer como el de colon y de mama.
Según investigaciones realizadas en la Universidad de las islas Baleares, esta sustancia estaría acumulada en el organismo humano en la orina, la sangre y el líquido intersticial, pero no sería fabricada por el organismo, sino que debe consumirse en la alimentación, ya que sus niveles bajan en 10 días de no consumirla, hasta niveles prácticamente indetectables. Se recomienda entonces una ingesta regular de los alimentos que lo contienen.
El ácido fítico se encuentra en los cereales, las legumbres, los frutos secos (almendras, avellanas, cacahuates), en semillas (sésamo, etc).
Tiene la capacidad de unirse a ciertos minerales por lo que disminuye el aprovechamiento de los mismos, esto puede ser perjudicial, pero en algunos casos resulta beneficioso, ya que puede unirse a metales tóxicos como el cadmio o el aluminio, los cuales pueden provocar daños al sistema nervioso, el aparato digestivo o provocar infertilidad. su acción provoca la eliminación de los metales pesados en las heces, sin que logren llegar a la sangre desde el intestino. Es una sustancia antioxidante que contribuye a la prevención del daño celular y la aparición de cáncer.
Un exceso de hierro puede dañar las células, pero debido a la acción del ácido fítico que rodea al hierro impidiendo que reaccione con el oxígeno formando los radicales libres desencadenantes de enfermedades degenerativas, como ciertos tipos de cáncer.
En el intestino grueso, interactúa favorablemente con ciertas proteínas. Reduce los niveles de las grasas en sangre disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Esta sustancia era considerada nociva por su capacidad de reducir la presencia de minerales esenciales. Inhibe la cristalización de sales cálcicas (fosfatos y oxalatos) y evita la formación de depósitos minerales patológicos como son los cálculos renales.
Integra la reserva de fósforos presente en las semillas de cereales y legumbres, pero el aparato digestivo no contiene las sustancias necesarias para romper el ácido fítico y liberar el fósforo de su interior.
Los fitatos, como dijimos, disminuyen la disponibilidad de los minerales esenciales como cinc, hierro, magnesio y calcio, pero las dosis de esta sustancia que integran la dieta normal, no representan un riesgo para la salud. Para quienes ingieren grandes cantidades de cereales integrales, es un aspecto a considerar, a pesar de que la cocción de los cereales destruye la mayoría de los fitatos.