La trofología es una ciencia que une a lo físico de la alimentación con lo espiritual. Se originó en la antigüedad y sostiene una nutrición basada en frutas y semillas, que no incluye el daño a ningún animal, ni su explotación o sacrificio.
Esta dieta se fundamenta en la combinación de alimentos por su compatibilidad química, la que se aprecia en los procesos digestivos, en los que intervienen ciertas enzimas digestivas para cada tipo de alimento. De esta forma, cuando las enzimas secretadas durante la digestión, se contrarrestan, el proceso se interrumpe y el cuerpo no aprovecha los nutrientes de los alimentos, lo que ocasiona trastornos digestivos, que desembocan en enfermedades que afectan a todo el organismo.
Esta ciencia fue adoptada por algunos sabios griegos como Platón, Sócrates, Pitágoras e Hipócrates.
La dieta tropológica adopta alimentos frescos, de buena calidad y de procedencia ecológica.
La trofología es la ciencia de curar con alimentos y la clave está en la combinación de los mismos y el tiempo que debe hacerse la dieta, que depende de cada paciente (diagnóstico, época del año, los alimentos). Es una terapia individualizada para cada paciente.
Una ventaja de esta disciplina es que permite que todo el que tenga nociones de dicha ciencia, pueda determinar su cura, siguiendo la mecánica de sus digestiones y la forma en que los alimentos le caen.
La trofología produce efectos positivos sobre el organismo y mejora la calidad de vida. es una terapia que busca purificar el cuerpo y la mente para liberarnos de las enfermedades.
Ejemplo de menú en la dieta de la trofología:
– Desayuno: tomar en ayunas jugos naturales de una fruta, sin hacer mezcla de frutas. Poco después, alguna pieza de fruta.
– Media mañana: algún lácteo, pan integral o de centeno, cereales, galletas integrales, bebidas vegetales.
– Almuerzo: Primer plato: ensalada (siempre una ensalada diferente con productos de estación, frescos, evitando congelados y envasados).
Segundo plato: platos simples hervidos o a la plancha, cocinados con aceite crudo sin recalentar. Evitar mezclar alimentos y las salsas. Cocinar en el horno también es bueno. Se permiten las pizzas artesanales de masa integral. Verduras horneadas. Manzanas al horno. (arroz integral, trigo u otro cereal, patatas asadas o hervidas. Postre siempre manzanas al horno, en compota o crudas).
– Merienda: combinar fruta y yogur, o algún bocadillo (sándwich pequeño).
– Cena: esta comida debe ser liviana porque es en el momento previo al acostarse, por eso se recomienda no comer, o comer sólo fruta, o comer algo muy liviano. (sopa de verduras, papilla de fruta o yogur).